Como
centro social que promueve la formación libre y alternativa, hemos
decidido de apoyar
el proyecto de educación libertaria La Pinya, que como nosotros está
proponiendo a la sociedad un camino nuevo basado sobre el intercambio
y la relación:
no
mas autómatas que chupan dogmas, pero personas que aprenden a
eligir.
La Pinya
En
2004, un grupo de familias empezaba a articular colectivamente la
construcción de un espacio común para sus
hijos e hijas. En común tenían una determinada sensibilidad hacia
la crianza y el crecimiento de los niños y niñas y la necesidad de
participar activamente en todo lo referente a su crecimiento. De aquí
nace la Pinya y, hasta el día de hoy, sigue creciendo con los niños
gracias al esfuerzo colectivo de madres, padres, acompañantes y
colaboradoras. Así pues, la Pinya es un colectivo que lleva a cabo
un proyecto educativo, formalizado en una asociación, que se basa en
unas herramientas y prácticas respetuosas con los procesos de
crecimiento y desarrollo de los niños. La actitud de respeto y
acompañamiento a las necesidades del niño y del colectivo del que
forma parte es el eje que articula el proyecto.
Para
La Pinya, un espacio para niñs y niños sólo tiene sentido dandoles
a ellos el protagonismo que les corresponde,
respetando los procesos asociados a su crecimiento, para tal
objetivo, el colectivo acompaña los niños dando respuesta a sus
necesidades, sin adelantarse ni pensar por ella, en la convicción de
que los niños tienen un ritmo e intereses particulares, no
determinables por los adultos.
Al
mismo tiempo, entendemos al ni como miembro de esta comunidad, la
Pinya, de la que disfruta y es responsable, por
este motivo, damos una importancia capital al crecimiento personal
del niño o niña en el contexto colectivo en que se desarrolla y,
por tanto, la adquisición de herramientas que nos permitan una
convivencia basada en la libertad, el respeto y el apoyo mutuo.
Creemos
necesario incluir la Pinya dentro del entramado de iniciativas que
apuestan por la transformación social. En una
sociedad donde el dinero es más importante que las personas, donde
el consumo, la competitividad y el individualismo parecen ser el
único modus vivendi, nosotros apuntamos exactamente en la dirección
contraria, es decir, hacia la justicia social y donde lo comunitario
tiene un valor vertebrador y se construye desde la
libre
participación de todos y todas. Es por ello que desde el apoyo
mutuo, el compromiso y la responsabilidad
colectiva provamos de construir este proyecto.
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